10.08.2022

¿Cómo afectan las catástrofes naturales a la economía?

Las catástrofes naturales han ocurrido siempre, pero en los últimos años se han multiplicado y los daños que causan afectan cada vez a más personas y empresas. Esto puede atribuirse a la perjudicial interferencia humana en el medio ambiente, que desencadena el cambio climático. Según un informe de la Base de Datos Internacional sobre Catástrofes (EM-DAT), sólo en 2020 se produjeron 389 sucesos clasificados como catástrofes naturales, que causaron 15.080 muertos y más de 38 millones de heridos. Además de las tragedias humanas, las catástrofes también tienen efectos negativos en la economía. En el citado informe, las pérdidas económicas
en 2020 se estimaron en 171.000 millones de dólares.

¿De qué depende la cuantía de las pérdidas económicas causadas por las catástrofes naturales?

Según la clasificación EM-DAT, las catástrofes naturales pueden dividirse en varias categorías: geofísicas (terremotos, movimientos en masa, erupciones volcánicas), meteorológicas (temperaturas extremas, tormentas, huracanes), hidrológicas (inundaciones, avalanchas de nieve), climáticas (sequías, incendios forestales), biológicas (epidemias, plagas) y extraterrestres (impactos de meteoritos). Dependiendo de cuál se trate y a qué escala se produzca, la fuerza de su efecto puede variar. El impacto en determinados sectores de la economía también puede ser diferente. Un terremoto masivo, por ejemplo, tendrá un impacto mucho más trágico y el proceso de reconstrucción de las infraestructuras puede llevar mucho más tiempo y consumir más recursos que una pequeña inundación.

La región en la que se produce la catástrofe también es importante. Los países que sufren con frecuencia este tipo de catástrofes pueden mitigar en parte sus efectos negativos, ya que están mejor preparados para ellas que los países para los que las catástrofes naturales son poco frecuentes. Sin embargo, a pesar de ello, son los países con mayor riesgo de catástrofes los que más pierden, debido a que en esas regiones pueden producirse hasta varias docenas de sucesos de este tipo cada año, y suelen ser estas zonas las que experimentan las catástrofes más graves y trágicas.

Aunque la pérdida de capital humano y físico afecta sólo a la región donde se ha producido la catástrofe, debido a la creciente globalización, los efectos económicos suelen dejarse sentir también en los socios más cercanos del país. Por el contrario, cuando se ve afectado un gran país como Estados Unidos, por ejemplo, los efectos económicos pueden ser mundiales.

Efectos directos e indirectos de las catástrofes naturales

Las pérdidas mencionadas en capital humano, es decir, muertes, lesiones físicas y psicológicas, así como en capital físico -daños en infraestructuras, activos fijos y materias primas- son los efectos directos de las catástrofes, que a su vez producen una serie de efectos indirectos. Estos a su vez incluyen, entre otros, una reducción de la producción de bienes y servicios, una reducción de la inversión, la migración, acciones preventivas por parte de la sociedad (por ejemplo, un aumento del ahorro). Todos estos factores, provocados por una perturbación negativa de la oferta, como la ocurrencia de una catástrofe natural, pueden causar en consecuencia una recesión económica.

Los efectos directos de las catástrofes naturales deben clasificarse como efectos a corto plazo. Su mensurabilidad es mucho más fácil que la de los indirectos. Tras producirse una catástrofe, suelen realizarse estudios para estimar las pérdidas materiales. Más complicada es la estimación de los efectos indirectos, a largo plazo. Éstos, a su vez, pueden medirse analizando los cambios en, por ejemplo, el índice del PIB, el índice de actividad económica, el índice de consumo real de los hogares, el índice de precios al consumo, la cuota del país afectado en las exportaciones e importaciones mundiales, el tipo de cambio de la moneda nacional, los índices bursátiles nacionales, la tasa de desempleo o el número de quiebras de empresas en el país afectado. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los cambios observados en todos los indicadores mencionados no sólo estarán causados por una perturbación negativa de la oferta provocada por una catástrofe natural. La economía se ve afectada por muchos otros factores al mismo tiempo y es difícil aislar el efecto de uno solo de ellos. Por eso se utilizan modelos macroeconómicos especiales para predecir y estimar la fuerza de los efectos a largo plazo causados por una catástrofe natural.

Todos los efectos citados anteriormente tienen un impacto negativo en la economía y no se puede negar que son la gran mayoría. Sin embargo, también hay que mencionar los pocos efectos indirectos positivos que también pueden producirse. Con la posible ayuda financiera del extranjero o utilizando los recursos propios, es posible reconstruir una región dañada. Normalmente, las infraestructuras reconstruidas son más resistentes a nuevos ataques de los elementos. Además, es posible modernizarla e introducir mejor tecnología. Por lo tanto, el efecto de la reconstrucción será una mayor productividad en el futuro, lo que sin duda es un efecto positivo para la economía.

Resultados de estudios empíricos sobre el impacto de las catástrofes naturales en la economía

Los economistas llevan años estudiando el impacto de las catástrofes naturales de todo tipo en la economía. La principal conclusión de los estudios sobre los efectos directos es muy intuitiva: los efectos directos a corto plazo de las catástrofes naturales siempre tienen un impacto negativo en la economía. Tampoco es sorprendente que las pérdidas materiales relativamente mayores recaigan sobre los países más desarrollados, donde pueden destruirse edificios y activos fijos más caros, y que estos costes aumenten con el tiempo, lo que también puede explicarse por unas infraestructuras cada vez más caras. Los investigadores también coinciden mayoritariamente con la correlación de que en los países más ricos las catástrofes naturales causan menos muertes. Sin embargo, existen dudas sobre la linealidad de esta relación.

Los resultados de los estudios sobre los efectos indirectos son mucho más interesantes. Las catástrofes climáticas tienen sin duda un impacto negativo en la dinámica de crecimiento del PIB, pero la fuerza del efecto no siempre es directamente proporcional a la magnitud de la catástrofe y la relación no es lineal. Además, las recesiones económicas se dejan sentir más en los países menos desarrollados. Los estudios sobre el impacto de fenómenos meteorológicos extremos como los huracanes muestran que no tienen un impacto negativo en todas las industrias. Sectores como la agricultura, la industria manufacturera o el turismo son los más afectados. Por el contrario, las empresas del sector de la construcción se ven afectadas positivamente, debido sobre todo a la necesidad de reconstruir las infraestructuras dañadas. Esto confirma la tesis anterior sobre los posibles, aunque escasos, efectos positivos de las catástrofes naturales. A conclusiones aún más interesantes llegaron los economistas (Leiter, Oberhofer y Raschky) que estudiaron las consecuencias de las inundaciones en Europa. En muchos casos, el empleo y la acumulación de capital aumentaron en las regiones afectadas, mientras que la productividad no experimentó cambios significativos. Por tanto, cabe suponer que, para mantener la productividad en los niveles anteriores a las inundaciones, las empresas tuvieron que aumentar la inversión y el empleo.

Hay poca investigación en el contexto de los efectos a largo plazo de las catástrofes naturales, principalmente
debido a los problemas de datos y a la dificultad de aislar el impacto de un solo factor sobre un indicador dado a lo largo de una docena o más de años. Sin embargo, los existentes muestran que las catástrofes también reducen las tasas de crecimiento económico en los años siguientes al del suceso.

¿Qué podemos hacer para contrarrestar los efectos de las catástrofes naturales?

Las catástrofes naturales tienen sin duda un impacto negativo en la economía del país en el que se producen y, gracias a la creciente globalización, este efecto también se está extendiendo a otros países. Por eso es importante limitar los efectos nocivos del ser humano sobre el medio ambiente. En cierta medida, el cambio climático provocado por el hombre contribuye a que se produzcan catástrofes naturales evitables. Además, los gobiernos de los países especialmente vulnerables a estos fenómenos deben tratar de minimizar sus efectos económicos negativos mediante los preparativos oportunos.

Jakub Nowakowski

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