02.09.2022

¿Cómo evaluar la situación de una empresa con la teoría de las tres lentes?

Necesidad de evaluar la situación de la empresa

En 2016, había 2 millones de microempresas que empleaban a menos de 10 personas con un volumen de negocios anual o un balance anual total inferior a 2 millones de euros. Esto representa un aumento de 5,2% desde 2015 y un incremento de 16,8% desde 2010. El mercado exige que los empresarios estén constantemente atentos a las amenazas para gestionar eficazmente su negocio y responder a los problemas actuales. La creación de una empresa es un proceso sencillo, pero a menudo, debido al escaso capital inicial, los emprendedores se enfrentan a costes empresariales relativamente elevados, como impuestos, Seguridad Social, alquileres, empleo o gastos de publicidad, que -especialmente al principio del negocio- son superiores a los ingresos. Además, para los que empiezan solos, las cosas no serán más fáciles por tener que ocuparse personalmente de todos los aspectos de la gestión del negocio. Es necesario un seguimiento constante de la evolución de la legislación para operar legalmente.

Hoy en día, la competencia aparece a cada paso y lucha meticulosamente por los clientes. La dificultad de ganarlos
y la morosidad son otro obstáculo para la estabilización en los primeros meses de actividad. Según el informe de Euler Hermes, hasta 801 empresasTP3T cierran después del primer año. El principal problema es la alta competencia y la baja rentabilidad. Esta cifra sugiere que todavía no todos los empresarios polacos han aprendido el arte de dirigir su propio negocio, lo que no excluye que muchos de ellos tengan un potencial muy alto que podrían desarrollar en el futuro.

El cierre de una empresa suele ir asociado a unos ingresos bajos o a la posibilidad de cubrir únicamente los costes. Sin embargo, es en estos casos en los que una buena evaluación de la situación financiera de la empresa desempeña un papel fundamental. Las decisiones no deben tomarse bajo la influencia de las emociones. El análisis de ratios está reconocido como uno de los elementos más importantes a la hora de evaluar las finanzas de una empresa. Refleja la situación financiera de la empresa y permite una evaluación inequívoca mediante el análisis de grupos de indicadores de rentabilidad, liquidez o rotación de existencias. La complejidad del análisis exige que se dedique tiempo a evaluar la salud financiera y que se tomen nuevas medidas en función de los resultados y de un análisis fresco.

No todas las áreas relacionadas con el funcionamiento de una empresa deben gestionarse internamente. Hay ocasiones en las que puede ser mejor prescindir de determinados procesos de una empresa o externalizarlos. De ahí que cualquier análisis realizado pueda mostrar tanto los puntos débiles como los fuertes de la empresa y determinar los pasos a seguir.

Según los economistas Prof. Czekaj y Prof. Dresler, hay que distinguir entre decisiones de inversión y decisiones financieras de una empresa. Las decisiones de inversión se refieren a la configuración de los activos necesarios para la empresa, es decir, implican el uso de capital. Las decisiones financieras, en cambio, se refieren a las fuentes de financiación de esos activos, es decir, a su tamaño, tipos y estructura. Veamos la evaluación de la situación de una empresa a través de la lente de la teoría de los tres cristales.

La teoría de las tres lentes: ¿una evaluación fiable de la actividad?

Los estados financieros son un documento que refleja los procesos de la empresa. Contiene una recopilación de información sobre el patrimonio de la empresa y sus fuentes de financiación (balance financiero y estado de cambios en el patrimonio neto), los beneficios económicos obtenidos por la empresa durante el ejercicio objeto del informe (cuenta de pérdidas y ganancias) y el estado y movimiento de la tesorería durante el ejercicio (estado de flujos de efectivo). Además de estos elementos, los estados financieros completos también contienen notas, donde se explican las cifras que figuran en las secciones anteriormente mencionadas.

La estructura de los estados financieros permite evaluar la empresa desde tres puntos de vista, o como Prof.
J. Ostaszewski, para mirarlas a través de "un ocular formado por tres lentes".

 

La teoría de las tres lentes implica observar una empresa desde tres aspectos:

  • económico,
  • Financiera,
  • propiedad.

 

Cada una de las lentes revela individualmente un cierto trozo de conocimiento sobre la empresa, pero sólo mirando a través de todas ellas se puede hacer una evaluación completa y fiable, por lo que cada vez se utiliza más para evaluar la situación de una empresa.

En las pequeñas empresas cuyos estados financieros no estén sujetos̨ a auditoría obligatoria por auditores, el informe podrá limitarse únicamente al balance, la cuenta de pérdidas y ganancias y la memoria (Ley
Ley de contabilidad de 29 de septiembre de 2004, en su versión modificada).

 

La teoría de las tres lentes y la cuenta de resultados

La primera lente permite analizar el aspecto económico, que abarca todos los fenómenos relacionados con los beneficios, las pérdidas, el coste de las ventas, el rendimiento del capital y los ingresos por ventas. En los estados financieros, estas categorías corresponden a la cuenta de pérdidas y ganancias. Entre otras cosas, esta cuenta muestra el valor de las actividades de explotación.

En el aspecto económico de la teoría de las tres lentes, el beneficio de explotación ocupa una posición muy importante por su valor informativo considerado en tres planos:

  • en caso de pérdidas de explotación en el ejercicio, la empresa tiene la seguridad de que su actividad principal no es rentable y puede tomar medidas para rectificar la situación;
  • el concepto de beneficio de explotación permite identificar con qué aspecto de la actividad de la empresa está relacionado el problema revelado;
  • El beneficio de explotación es la base para construir medidas de rentabilidad que ofrezcan la oportunidad de comparar empresas dentro de un mismo sector, ignorando al mismo tiempo las diferencias en sus estructuras financieras.

EBIT

El segundo elemento de información, por orden de cálculo, es el EBIT. El término EBIT es un acrónimo de Earnings Before Interest and Taxes (beneficios antes de intereses e impuestos), que se refiere a un determinado nivel de ingresos que significa beneficios (o pérdidas) antes de intereses
e impuestos. También hay que añadir que la medida EBIT está influida por los resultados de acontecimientos extraordinarios y los ingresos financieros. Esta medida se utiliza mucho en los análisis financieros según las normas internacionales en los países muy desarrollados. Muchos otros ratios y medidas se construyen utilizándola, aunque sólo sea desde el plano del análisis de la deuda.

Cuando las empresas pretenden calcular un indicador determinado, dan prioridad a responder a una pregunta sobre sus capacidades reales.

No existe un modelo de cálculo único y obligatorio para el EBIT. Se considera que la libertad que se deja al empresario en esta materia puede ser beneficiosa para él principalmente en cuanto a la elección de la fórmula más ventajosa desde el punto de vista del valor. Sin embargo, con la misma frecuencia es ilusoria y a veces puede ser causa de confusión, sobre todo cuando los distintos destinatarios de la información financiera utilizan fórmulas de cálculo diferentes.

Sólo conociendo las particularidades de la actividad empresarial de una entidad, en particular la forma y el alcance de sus actividades económicas que se traducen en la repetición de determinados grupos de ingresos, puede determinarse con fiabilidad el nivel de su beneficio básico, que viene indicado precisamente por las categorías del EBIT. Así pues, antes de calcular estas cifras, deben examinarse en primer lugar los ingresos de la entidad en cuestión y sólo a partir de este análisis puede estimarse el resultado de base.

Por otra parte, analizando únicamente la situación financiera, no siempre podemos conocer las particularidades de un sector. En tal caso, la solución más segura es utilizar fórmulas de cálculo del EBIT basadas en el nivel de beneficios (pérdidas) procedentes de las ventas, ya que la categoría de ventas e ingresos equiparados suele ser la principal categoría de ingresos.

Por otra parte, si se toma -lo que ocurre con bastante frecuencia en la práctica- el resultado financiero como punto de partida para el cálculo del EBIT
de las actividades de explotación parece una solución menos favorable, ya que los otros ingresos de explotación se consideran implícitamente vinculados de forma permanente a la actividad económica. En términos más sencillos, las ventas de inmovilizado no financiero o las subvenciones son inherentes a la actividad empresarial. Normalmente, este enfoque permite que el EBIT adquiera valores más elevados, pero puede estar inflado artificialmente por encima de los resultados reales de la entidad, y las proyecciones y decisiones financieras elaboradas sobre su base están sujetas a un mayor riesgo de fracaso.

¿Qué debe buscar en el flujo de caja?

Cuando se quiere examinar de cerca una empresa, es útil evaluarla a través de una segunda lente: la financiera. Muchas empresas piensan en el impacto de la eficacia de la gestión sobre la cantidad de fondos. La respuesta a esta pregunta debe buscarse
en el estado de flujo de caja operativo, ya mencionado anteriormente.

Esta categoría es una representación monetaria del resultado financiero (superávit en caso de valor positivo, o pérdida
en caso de valor negativo). La mayor parte de los ingresos en efectivo se generan dentro de las actividades de explotación. Por el contrario, los costes o gastos de tesorería se absorben dentro de las actividades de inversión y financiación.

El estudio de los flujos de caja es muy importante porque las empresas, sobre todo a largo plazo, necesitan controlar su liquidez. Su pérdida temporal o permanente conduce en la mayoría de los casos a la quiebra de la empresa. Un fenómeno igualmente indeseable es la persistencia de un exceso de liquidez en una empresa, que puede indicar
de mala gestión o de falta de conocimientos elementales de inversión (según el principio de que "el efectivo no invertido pierde valor"). Esta situación indica que la dirección no aprovecha las oportunidades de obtener beneficios adicionales, aunque sea en el mercado financiero (por ejemplo, bonos del Tesoro).

La principal fuente de excedentes financieros (beneficios) en una empresa manufacturera deben ser las actividades de explotación. La situación es diferente en el caso de las empresas de servicios o las que se dedican a invertir como parte de su actividad principal, en cuyo caso la mayor parte del excedente financiero puede generarse a partir de actividades de inversión (cambios en la titularidad de derechos de propiedad, bienes muebles, activos fijos, bienes inmuebles, etc.) o de actividades de financiación.

Evaluar la empresa desde el punto de vista inmobiliario

La tercera lente, la de los activos, pretende encontrar los riesgos asociados a la empresa. Para ello es útil encontrar respuestas a preguntas como:

 

  • ¿Cuáles son las fuentes de financiación de los activos de la empresa?
  • ¿Qué recursos se incluyen en el activo de la empresa?
  • ¿Cómo se configura la relación entre activos no corrientes y corrientes y cómo se traduce esta relación en riesgo operativo?
  • ¿Cómo está conformada la estructura del pasivo y cuál es la proporción de capital ajeno en el pasivo que se traduce en riesgo financiero para la empresa?

 

La elección de la estrategia de gestión de activos de una empresa suele venir dictada por la propensión al riesgo individual del propietario o la dirección. La obtención de mayores beneficios suele ir asociada a la asunción de mayores riesgos, no necesariamente riesgos reales, sino sólo riesgos percibidos por los responsables de la toma de decisiones y estrechamente relacionados con su conocimiento de los cambios del sector y del potencial de innovación de la empresa. En la práctica, se distinguen tres estrategias básicas de financiación de activos: dinámica, conservadora y moderada.

Una estrategia financiera dinámica, comúnmente denominada estrategia agresiva, consiste en minimizar el capital circulante neto. El valor de este capital puede ser próximo a cero o incluso a veces tomar un valor negativo. Cuando este valor es igual a cero, puede deducirse que sólo los activos fijos se financian con capital fijo y los activos circulantes son
totalmente financiado por el pasivo a corto plazo. En cambio, con un fondo de maniobra neto negativo, hay que deducir que una parte del inmovilizado también está financiada por el pasivo a corto plazo.

El mayor riesgo para la empresa suele estar vinculado al nivel de capital circulante empleado
en la empresa. Este riesgo aumenta a medida que disminuye el nivel del capital circulante neto. Cuando este capital se vuelve negativo, se rompe el equilibrio financiero de la empresa. Si la empresa pretende generar beneficios elevados, debe decidirse por una estrategia muy arriesgada, a menudo asociada a importantes fluctuaciones de liquidez. Una estrategia agresiva con un fondo de maniobra neto negativo requiere el mantenimiento constante de
y renovar los pasivos a corto plazo. Otro aspecto de esta cuestión es la necesidad de liquidar rápidamente los activos fijos cuando la liquidez está en peligro, lo que no siempre resulta fácil
y aporta beneficios.

Una estrategia conservadora, también conocida como estrategia pasiva, se caracteriza por mantener en todo momento un alto nivel de capital circulante neto. En esta estrategia, todos los activos fijos y la mayoría de los activos circulantes se financian con capital fijo. La empresa tiene una capacidad constante de disponer de ellos. Al elegir esta estrategia se reduce considerablemente el riesgo financiero. La liquidez no requiere mucho esfuerzo, ya que esencialmente todos los activos de la empresa se financian con capital que no requiere un rápido rendimiento: los fondos propios. En esta estrategia, el precio del bajo riesgo financiero es renunciar a fuentes adicionales de obtención de capital y a los beneficios resultantes.

La estrategia moderada incluye en sus supuestos el mantenimiento de un nivel optimizado de liquidez, suponiendo un rendimiento medio del capital neto. Este tipo de estrategia es una solución de compromiso con respecto a las otras dos estrategias, es decir, un compromiso entre el riesgo financiero y la rentabilidad de los fondos propios. El capital circulante neto está presente en esta estrategia, aunque en un valor inferior al de la estrategia conservadora. El capital fijo interviene en la financiación de la parte fija del activo circulante y del activo fijo total. En cambio, la parte variable del activo circulante se cubre con el pasivo a corto plazo. Al elegir esta estrategia, la empresa debe tener en cuenta
o un nivel satisfactorio de liquidez.

Resumen

Conocer la situación financiera de una empresa es imprescindible. Sin ese conocimiento, es difícil tomar las decisiones empresariales correctas, es decir, si hay que reducir costes o más bien aumentar las ventas. No sólo resulta importante la situación en un área concreta, por ejemplo, la liquidez, sino también la de la empresa en su conjunto, ya que los directivos, el consejo de administración y, sobre todo, los propietarios esperan una opinión clara: "es bueno" o "es malo". Por lo tanto, merece la pena prestar atención a una evaluación precisa de la situación de la empresa, lo que redundará en beneficios económicos adicionales.

  1. Czekaj J., Z. Dresler, Gestión financiera de la empresa. Podstawy teorii, Wyd. Naukowe PWN, Varsovia 2001, pp. 14-15.
  2. Ley de contabilidad de 29 de septiembre de 2004, en su versión modificada.
  3. Ostaszewski J., Finanzas, Difin Editores, Varsovia 2003, p. 237.
  4. Stefanski A., EBIT y EBITDA como medidas del rendimiento empresarial, www.finanseicontrolling.pl/controlling/ebit-i-ebitda-jako-miary-efektywnosci-dzialalnosci-gospodarczej.

Katarzyna Kondracka

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