11.08.2022
Definir la mejor solución a un problema utilizando el análisis de campos de fuerza
Hacemos muchos cambios en nuestras vidas, tanto personales como empresariales. Hacerlos suele plantear muchas preguntas y, por tanto, dudas. El proceso no es esquemático: cada modificación conlleva retos y necesidades diferentes. Entonces, ¿cómo prepararse para la aplicación de los cambios con el fin de evitar el fracaso? ¿Cómo predecir si una idea tiene posibilidades de éxito? Una solución es realizar un análisis del campo de fuerzas.
Útil para la gestión del cambio y más allá
La base del análisis del campo de fuerzas procede de la teoría de Kurt Lewin, psicólogo germano-estadounidense. Esta teoría parte de la base de que el comportamiento de cada individuo viene determinado por la interacción de dos fuerzas: una impulsora y otra inhibidora, que se encuentran en perfecto equilibrio. Para que se produzca un cambio, hay que alterar el statu quo existente; en este caso, el análisis determinará cómo hacerlo. El método se utiliza no sólo en la empresa, sino también en el coaching, la psicología y la vida cotidiana.
Flujo del proceso
Análisis consta de las siguientes etapas:
- Prepara un diagrama formado por dos columnas y escribe la situación actual en el centro.
- Identifique el objetivo y escríbalo debajo de la descripción de la situación actual.
- Identifique las fuerzas motrices y anótelas en la columna de la izquierda.
- Reconoce las fuerzas inhibidoras y sitúalas en la parte derecha del diagrama.
Los pasos siguientes dependen de las preferencias individuales: puedes dibujar flechas para cada fuerza, expresando su fuerza, o darle una puntuación en una escala de tu elección y luego sumar la puntuación. El valor resultante determinará por dónde empezar y cómo orientar el proceso de cambio. Por encima de todo, el modelo debe ser transparente para el equipo implicado.
Supuestos
Para que todo el proceso tenga éxito, hay que empezar por eliminar las objeciones que acompañan a los implicados en la aplicación del cambio. Según el modelo de Levin, cuanto mayor es la presión, más fuerte es la resistencia. Por ejemplo, si una persona que acaba de sacarse el carné de conducir se lanza de inmediato a la autopista, cualquier acontecimiento negativo influirá en su posterior reticencia y miedo a conducir. Es importante empezar en carreteras estatales para acostumbrarse al coche y al tráfico. Los posibles contratiempos deben combatirse desde la base, y el refuerzo de las fuerzas motrices sólo debe producirse una vez superada la ansiedad. El cambio debe gestionarse de modo que no se convierta en una situación pasajera: el fumador debe proponerse dejar el cigarrillo durante más de unos días, ya que el cambio no tendría sentido. La llamada "congelación" de las nuevas actitudes, es decir, hacerlas permanentes, debe apoyarse introduciendo nuevas pautas o beneficios. Por ejemplo, lanzando un plan de incentivos para animar a los compañeros a acostumbrarse más rápidamente al cambio: inicialmente, cada día sin fumar podría recompensarse con un trozo de tarta.
¿Por qué el análisis de campos de fuerza?
El modelo permite identificar y analizar los factores que influyen en el resultado final de la implantación de un cambio. Con ese conocimiento, los empresarios, directores o cualquiera que coordine el cambio puede implantar el proceso de forma meditada y sostenible en su entorno, además de tener un control constante sobre su curso y reaccionar con rapidez ante imprevistos. Una especie de simulación de las secuelas y el futuro tras el cambio también facilita que los compañeros se acostumbren y lo acepten más rápidamente.
Teoría de la vida
El gerente de un restaurante necesitaba "refrescar" su negocio. Él y su copropietario decidieron cambiar su negocio para atender a vegetarianos y veganos. Al principio, tuvieron mucho éxito con las promociones que ofrecían para celebrar la apertura del nuevo bistró, pero al cabo de unas semanas los beneficios empezaron a disminuir.
Utilizando un modelo de análisis de campo de fuerzas, es posible identificar los factores que han contribuido a la disminución del interés de los clientes. El objetivo del empresario es maximizar los beneficios, mantener contentos a los consumidores actuales y atraer a otros nuevos. Entre las fuerzas motrices se encuentran el aumento de la tendencia a ser vegetariano/vegano o la renovación de la decoración del local para animar a la gente a visitarlo. Sin embargo, los clientes habituales valoran el restaurante por sus platos de carne. Además, el jefe de cocina no tiene experiencia en la preparación de platos a base de verduras y tarda más tiempo en prepararlos, lo que provoca tiempos de espera más largos. Esto también afecta a la calidad de la comida que reciben los clientes. Los factores identificados anteriormente son fuerzas inhibidoras. Analizando el campo de fuerzas, el propietario puede evaluar lo que merece la pena hacer, empezando por eliminar las fuerzas limitadoras. En consecuencia, se formó al jefe de cocina en la preparación de platos sin carne y, además, se contrató a un joven graduado en una escuela técnica de hostelería, él mismo vegetariano. Sin embargo, se decidió combinar las dos cocinas -el establecimiento ofrece tanto platos de verduras como filetes o chuletas de ternera- para que tanto los clientes habituales como los nuevos queden satisfechos. Aplicando el modelo, han aumentado los beneficios y se han combatido los factores negativos.